Te echo de menos, te echo tanto de menos que parece que esté a medio mundo de ti. Te quiero, con locura. Quiero acariciarte entre miradas, abrazarte sin mediar palabra, besarte en los labios, la frente y los párpados, también las manos, el cuello, el pecho, la espalda y lo de encima y bajo el ombligo. Quiero mirarte a los ojos, decírtelo todo en silencio, luego con palabras. Y siguiendo con las dosis de cariño quisiera recorrer tu cuerpo con los ojos, con las manos, hasta con el aire. Siempre que quieras lo hago todo, siempre que quieras me alimentas.