dimarts, 13 de gener del 2009

Hay días.




¿Alguna vez te has preguntado por qué los días afectan al estado anímico de algunas personas? Yo nunca soporté los domingos, es más: los odio con toda mi alma. El día que alguien me dijo que dicho día le parecía el mejor de la semana me pareció ver a mi interlocutor sin cabeza durante unos segundos. También los hay que tienen aversión por los lunes, por el día trece de cada mes (especialmente si cae en martes) o el propio mes de abril, por ejemplo. Curioso complejo el nuestro cuando se trata de los días.

Nuestros días se vuelven más lentos, deseamos que pasen las horas y sin embargo éstas se transforman en escasos minutos que se niegan a sucederse los unos a los otros: no avanzan. A veces puedo ver en las agujas del reloj, o los dígitos de uno analógico, una pequeña sonrisa burlona, como si tuvieran plena consciencia de nuestro deseo de que corran los segundos, los minutos, las horas, este día... sí, eso es, que se acorten los días. A menudo querríamos tener algo que hacer, algún asunto que ocupara nuestro limitado tiempo que se hace eterno.

A decir verdad, últimamente los domingos son fugaces, a penas visibles. Me doy cuenta, tal vez, de cuanto afectan aquellos que nos rodean a los días, la costumbre y lo acomodados que estamos a ello, por hábito, lo cual no implica que sea de nuestro agrado. Si podemos salir de la aburrida rutina vacía de un domingo, también podemos escapar de las redes de las horas, días y meses que nos pesan. Pensándolo bien, ¿para qué temer sus nombres y unos cuantos números? ¿Acaso no aborrecemos ya suficiente su falsa eternidad como para cambiar su sin-sentido? Podemos disfrutar de sus horas y, de este modo, burlarnos nosotros de las manecillas del reloj que, esta vez sí, deberán correr rápidamente en su intento de acortarnos un día feliz.

1 comentari:

  1. Quan era petit odiava els dissabtes... sé el que vols dir. No obstant, adoro els diumenges, és el meu dia preferit des de sempre, però jo no el relaciono amb el tedi, l'avorriment o la quietud. Et semblarà una tonteria, però la llum d'un matí de diumenge és única cada setmana.

    Deixa'm dir-te que m'encanta com escrius... ho hauries de fer més sovint Alícia, tens talent :)

    Signat: Cert nen repelent.

    PD: M'agradaria disfrutar de més hores al teu costat... burlant-me així de les agulles del rellotge que, aquesta vegada sí, haurien de córrer ràpidament en el seu intent de fer-me més curt un dia feliç.

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